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miércoles, 27 de enero de 2016

BAILANDO PARA UN AMIGO CALIENTE


Un carajo, con ganas pero no atreviéndose, le dice a su mejor amigo que va a bailar para tías en fiestas pero no sabe si lo hace bien. Que lo vea y le diga. Comienza y se eriza, el amigo, su mejor amigo, alguien a quien aprecia y quiere de una manera que a veces le duele, especialmente si le ve feliz al lado de otra gente, le mira fijamente, sonríe y se soba. Lo toca… y el cielo se vuelve el límite.

viernes, 15 de enero de 2016

EL CASERO Y EL CHICO DEUDOR


Por vergüenza, Tinito nunca le contó a nadie que cuando vivía con Mariana en aquella pensión de mala muerte, y les iba bien mal, el casero venía y se cobraba en especias el alquiler. Era algo que violentaba su heterosexualidad, quería oponerse, pero este llegaba, lo mangoneaba, le nalgueaba, lo tocaba, lo sobaba, hundía sus dedos en él, también sus juguetes, le ataba y le usaba. Le tenía bien cogido… en su juego de control. Nunca contó todo lo horrible que fue… saber cuánto le gustaba ser dominado por ese tipo abusador, grosero y ocioso. Nunca le dijo a Mariana que así conseguía comida también. Claro, tampoco le contaba que era con él con quien pasaba ese fin de semana cada año cuando decía que iba de pesca con sus hermanos, que le cubrían imaginándole con otra tía, no atado sobre un colchón inmundo, el rostro gimiente contra varios calzoncillos usados, su trasero bien nalgueado y sus agujeros…

martes, 12 de enero de 2016

CHICOS, SUSPENSORIOS Y GANAS


Después del colegio y de la práctica en la cancha con el resto de los muchachos, y antes de ir con su novia, el chico, joven, guapo, dulcemente agresivo y aventurero se entrega a su otra vida. La secreta. La real. Esa que experimenta intensamente en aquellos baños de múltiples agujeros de gloria, los cuales le hacen arder de lujuria nada más llegar. Lo rodean ojos codiciosos mirando su cuerpo casi adolecente aún; machos trastornados porque lo huelen todo putito y caliente. Como varios gimnasios quedan cerca, así como dos canchas de futbol, transpirados paquetes que abultan sobre los suspensorios se le ofrecen. Y el chico, jadeante, mirada nublada, es incapaz de resistirse al llamado, a la cercanía de todas esas masculinidades que le prometen de todo. Se inclina y toca, toma, olfatea, hunde su carita traviesa, repartiendo besos y lametones con su entusiasta lengua. El calor sube, las ganas de los tíos también, y la lujuria del chico se  multiplica; las quiere todas, absolutamente todas llenando sus entradas. Hombres y más hombre rodeándole, dándole duro. Y por un rato, sólo allí y en esos momentos, quedaría algo satisfecho, capaz de volver a la otra vida… hasta el día siguiente.

sábado, 2 de enero de 2016

EL ÚLTIMO DESAFIO



No llevándose bien con su futuro cuñado lo reta a luchar en el club de la pelea de los hombres idiotas, lugar donde pierden tiempo haciéndose los duros. El combate comienza bien, el hermano de su futura mujer no es tan alto, ni tiene un cuerpo tan bueno como el suyo, pero luchando, tocándose, frotándose, entiende que le quiere sentir, tocarle, que lo toque, que lo deje debajo y se le monte para controlarlo. Pero no podía, no debía, ¡era un hombre y debía actuar como tal!, por eso luchaba con fuerza, pero sabía que se ponía duro y que el otro lo notaba, sonriendo algo burlón, dándole apretadas para que supiera que sabía, pegándole la suya, dura y caliente tras la breve tela. Quiere escapar, levantarse y mandarle al coño, pero no puede. Entre gritos de aprobación de los presentes, las manos bajan, los bañadores también, las frotadas son de desafíos. “Abre la boca, cabrona”, le escuchaba a cada rato, mareándole. Se pierde y se lo clava. Frente a todos, el hermano de su novia, quien, al otro día, sonreiría bastante, con sus amigos, mientras le miraban esperándola, rojo de cara, al pie del altar.