Qué
broma con su novia, quería tirar y esta antes desea hablar, quejándose de esto
y aquello, y cuando por fin la convence de quitarse las ropas no cuentan con un
condón. Así como estaba, ya pelado, debió salir a ver si el hermano de esta
tenía alguno, en su pieza bajo la cochera. Afán que se borra de su mente
cuando, asomándose, le ve al cuñado el culo expuesto, que despertó algo primitivo
en su ánimo. Le conocía tan solo de pasada, era el hermano de su chica, un
sujeto joven y apuesto al que nunca le había dedicado otra mirada o
pensamiento, pero ahora, viéndole allí, así, lo sabe… Ese chico quería, o
necesitaba, macho. Pero mucho. Algo se lo dijo, que podía entrar y tomarle,
reclamarle como tenía derecho. No puede explicar cómo lo sabe, pero lo sabe. Y
entra, decidido a atender a su guapo cuñadito. Cuando le tenga aferrado por su
estrecha cintura de joven atleta, le dará bien duro adentro y afuera. Y será
sólo el comienzo, pues ahora, en esa casa, tendrá a su novia y a su perra. Cosas
de muchachos.
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