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miércoles, 27 de julio de 2016

ENCUENTROS SECRETOS



Generalmente escapaba y esperaba tan sólo por una probada, una con leche, claro. El lugar con su regla de ropas afueras, le inquietaba, aunque no tanto como para detener a ese hombre casado y con hijos que necesitaba de un desahogo de media tarde. O de un suculento bocado. Y lo que apareció por ese agujero le abrió el apetito. Probó, chupó, lamió, tragó… tan sólo para encontrarse más desesperado, urgido y hambriento. Por suerte ese sujeto quiso ayudarle, y, aunque le avergüenza haberse mostrado tan entusiasta, tan caliente, le emocionó que el otro quisiera, no, que necesitara verle para saber quién era tan puto. ¡La torta! Fue un momento difícil ese, no esperaba que se tratara del mejor amigo, y socio, de su padre, que le conocía de toda la vida. Pero, en fin a veces, en momentos importantes todo sujeto necesitaba de una paterna figura de autoridad, especialmente si era tan caliente como esa. Y, si, había algo suciamente excitante en oírle decir: “si, así, muévelo así, hijito; haz feliz a papá”. ¿Resultado?: Una citas impostergable cada sábado.

domingo, 24 de julio de 2016

CORTOS BOYS


Cuando comenzaba en la escuela de medicina su padre le aconsejó que fuera ginecólogo “si quería divertirse”. Su mamá, que le conocía mejor, le dijo que se preparara para urólogo. Y así como se lo agradecía a ella, también recordaba a su papá cuando tanto se divertía. El mundo estaba tan lleno de carajos necesitados de ayuda para alcanzar la total satisfacción que no se daba abasto. Pero era reconfortante saber que, aunque fuera por un rato, aliviaba a todos esos tipos guapos y sexy que podrían obtener lo que quisiera de quien fuera, sacándolos de sus braguetas, pero que sufrían engañándose viviendo reprimidos.


Sabiendo de las presiones que vivían esos chicos, siempre tensos por los juegos, el entrenador dejaba juguetes por ahí para que se distrajeran y descargaran tensiones. Jóvenes, saludables y guapos, se entregaban con ganas y entusiasmo a la autosatisfacción. Todo lo mejor para sus muchachos; para ellos eran los buenos implementos deportivos y los más gruesos consoladores. Todo lo pagaba con los videos que a escondidas filmaba y vendía a un enorme precio entre jóvenes estudiantes de secundaria y tíos mayores. Todo era ganancia cada vez que uno de ellos, sobre el mismo banco, alcanzaba una ruidosa y blanca llegada.


Cerca de la empresa estaba aquella exclusiva y elegante sala de cine donde exhibían porno, heterosexual, las veinticuatro horas del día. Casi todos iban por las aventuras de las traviesas lolitas y de las mamis golosas… y los chicos como Bruno, que cuando a los otros les hervía el vaso de leche se ofrecía a bebérsela. Y no había quien dijera que no entre las butacas en las penumbras de la sala. Aunque, claro, nunca esperó encontrarse con su sexy y masculino jefe, quien resultaba también el marido de su hermana, quien burlón le exigió le mostrara con qué lograba convencer a tantos carajos a comprarle seguros de vida, de cuotas tan altas. Y lo hizo, le mostró su mejor argumento, su mejor cara.

sábado, 23 de julio de 2016

PROBLEMA EN MANOS EXPERTAS


Ronaldo tuvo que ir finalmente con un especialista, el cual se sorprendió con su muy particular dificultad; aunque heterosexual, al igual que la mayoría de sus conocidos, el pobre Ronaldo tenía el problema de que en cuanto se la miraban, todos, absolutamente todos querían tocársela y hacerle una paja. Extraños en los baños, conocidos en los vestuarios del gimnasio, compañeros de trabajo, amigos solteros y casados, sus cuñados y hasta uno de sus hermanos. Que fue lo que le llevó a buscar ayuda. El médico tomó las cosas en sus manos, demostrándole que no tenía cura, estaba condenado a ser pajeado, y, cuando estaba en el clímax, tuvo que decirle al farsante ese lo mismo que a todos: “Okay, coño, te lo puedes tragar”.

lunes, 11 de julio de 2016

CITA SORPRESA CON CEREZA



El mundo de la farándula andaba conmocionado, la historia se había filtrado y ahora debían darse muchas explicaciones. Casi todas ellas negativas y risas nerviosas. Y todo había comenzado de lo más inocente. Avergonzado, un tipo va a un antro donde el actor de moda, el preferido de su esposa y de todas las nenas de la ciudad, se presenta para salir en una cita con la ganadora de un concurso idiota… que resultó ser su mujer. Como enfermó no pudo asistir ni avisó porque “su galán” habría salido con otra, por eso se presentó él, para tomar todo lo que le dieran, desde autógrafos a fotos, a ropas y posters. Pero el actor, mirándole, sabiendo que se salvó de la “cita”, pareció ocurrírsele una mejor idea. Y sí, reconoce nuestro avergonzado héroe, el tipo era atractivo, simpático, inteligente… y caliente. Y con tantas tocadas cualquiera se alebrestaba. Dejándose llevar, permitió que el actor le demostrara sus dotes, y era bueno, especialmente succionando, lo hacía con todo. Claro, en una parte muy profunda de su mente, el marido infiel sabía que lo que más le excitaba era saber que se la clavaba al sujeto que a su mujer tanto le gustaba. Pero se supo, y ahora a dar la cara…