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lunes, 15 de agosto de 2016

AYUDA DE UNA FIGURA PATERNA


El muchacho, hablando con el suegro, le cuenta sobre los problemas que tiene con su mujer, cosa que le tiene deprimido y frustrado. Las quejas e inconformidades de esta. El hombre le pregunta qué tal funciona todo en la cama, que todo eso suena a que la muchacha está insatisfecha. El chico no responde a aquello, pero la verdad es que no se concentra, no viéndole cierto endurecimiento, y bulto, al suegro bajo sus ropas. Intenta no verlo, pero es demasiado claro. Responde algo, no seguro de lo que dice porque no puede apartar los ojos de ese miembro que parece llamarle. “Te gustan las mujeres, ¿verdad?, ¿sus coños calientes? A mi hija, ¿se lo has comido o llenado con tus dedos?”, le pregunta de sopetón. “¡No!”, jadea enrojeciendo. “¿Te avergüenza por tímido o es que no te gustan?”, insiste en saber, tocándose el tolete, el cual es cada vez más grande. Se miran a los ojos, el chico agitado como si estuviera atrapado. El otro, tomando aire, suspira largamente. “Tranquilo, muchacho, déjame ver qué tienes para dar”. Tímidamente se desviste, para que vea qué ofrece a su hija, pero no esperó que el hombre lo tocara, lo acariciara, o le abrazara haciéndole consiente de lo pulsante que estaba su pieza. “Ya veo el problema. Los dos están jodidos, ya hablaré con ella para presentarle al hijo de un amigo; déjame encargarme de lo tuyo primero”, y le besa de manera abierta, lengüeteado y chupado; y gimiendo, el chico se derrite en sus brazos sabiendo que iba a ser curado.


NOTA: Claro, quien sepa inglés…

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