Los tíos
de la cuadra, solteros, comprometidos, casados y separados ya lo conocen, no
puede resistirse a un reto deportivo. Lo necesita. Saben que acompañándolo y jugando
un poquito en la cancha, luego pueden montar otro en su sala. Claro que al
fornido atleta no le molesta, y miren que quema calorías mientras, entre
gemidos de putitos, se lo halan y aprietan. El único problema es… tantos chicos
calientes necesitados de jugar con su juguete y tan poco tiempo para atenderlos
como cada uno merece…
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viernes, 30 de diciembre de 2016
martes, 27 de diciembre de 2016
CHORREO
Contrario
a la gallina que grano a grano se llena el buche, mientras grita por más, sabe
que cada nueva gota caliente tan sólo le deja más necesitado. Desde que ese
carajo entrara un día en su casa, buscando a su mujer como perro maluco, no encontrándola
sino a él, ha ido cayendo más y más. Cada golpe, sintiendo las pulsantes venas
y las abundantes descargas, le grababa en la mente que deseaba ser un pussyboy.
domingo, 18 de diciembre de 2016
¿LA CARCEL DEL AMOR?, NO
Aunque no lo demuestra, sonríe para sus
adentros escuchándole gemir y viéndole estremecerse cuando el chico le toma,
duro, a fondo, llenándole, abriéndole con fuerza y ganas de juventud. Ya no
insulta ni grita retador, como cuando llegara detenido tres horas antes, insolente,
confiado en que sus padres irían y le sacarían rápidamente por conducir algo
embriagado, otra vez, derribando unos botes de basura. Otra vez. No, en esta ocasión
no le sacarían, los padres querían que le diera una lección, pero el chico no
necesitaba saberlo. A sus gritos de “¿te volviste loco, maricón?”, al exigirle
desnudarse, sus amenazas de gritar y denunciarle, luego berrear pidiendo ayuda,
más tarde por sus padres, prometiéndole que se arrepentiría de eso, cuando los
chicos llegaron a tomar lo que habían comprado con cigarros, continuó la agonía
de ser esclavizado.
“Silencio,
perra, lo único que te queda es bajar la cabeza y obedecer”, le rugió a la
cara. Viéndole, oyéndole mientras es empalado, le preguntas si no es sabroso
someterse, seguir sus órdenes, ser una perrita sumisa. Uno y otro llegaron, lo
usaron, mareándole, él gritándole en todo momento que de ahora en adelante la
única excitación, su único placer llegaría de sus agujeros tomados por hombres;
que no alcanzaría ni un orgasmo si no estaba clavado sobre la masculinidad de uno.
Ríe recordándole la cara que puso al tener el primero en su boca, y que ahora
parecía una golosa tragona. Si, sonríe pensando en la semana que viene, con el
chico ya en la calle, cuando necesitara sentirse vivo nuevamente, tomado, y le
busque, porque ese chico le buscará, momento cuando le ordenará que se depile
todo el cuerpo, que de ahora en adelante lleve sólo tanguitas, acompañándole a
fiestas donde divertiría a sus amigos. Ah, claro, y no cometería más
infracciones de tránsito.
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