Vistas de página en total

martes, 30 de mayo de 2017

DEBER


Cuando un sujeto se asusta, a punto de casarse, sin estar seguro de no estar cometiendo el peor error de su vida, tan sólo el mejor hombre, el padrino, puede ocuparse de darle una mano, atenderle y calmarle esa angustia… Así sea el hermano de la novia.

viernes, 26 de mayo de 2017

ABUSO Y AUTORIDAD


Nada más vergonzoso que un ejército vencedor que entra en las tierras ocupadas exigiendo y reclamando lo que cree, o piensa, que es su recompensa. Ríe, porque, como sus camaradas, ejerce su autoridad. Después de encerrar a la familia, papá, mamá y dos bonitas y jóvenes hermanas, se cobra su parte en el mozo de la finca. Y mientras lo toma y lo usa, él mismo sorprendido de lo caliente que es eso, se pregunta qué tal se comportaría, en esas mismas, el papá.

jueves, 18 de mayo de 2017

AÑADIDOS


Los dos idiotas aún no se habían dado cuenta; nada en eso de “ver” quien la tenía más grande había sido casual, como no lo sería el resultado. Sonriendo, el semental negro sabía que en cuánto la vieran y midieran tendrían que tocarla y probarla, por muy heterosexuales que fueran sus dos viejos amigos de parrandas. Sería una necesidad biológica hacerlo. Y en cuanto la tocaran, sobaran, lamieran o la montaran ya entrarían a formar parte de su extenso harén. Ya no saldrían de su casa a menos que les gritara y los corriera, como a veces hacía con los otros cuando mendigaban demasiado por su afecto… largo y grueso, como hacía el pana que filmaba el video. Esos dos, panitas hasta ese momento, serían sus esclavos, siempre deseosos de servirle, viviendo de rodillas, o en cuatro patas sobre su cama, a veces jugando entre ellos como chicas calientes. En cuanto pelaron los ojos, sorprendidos por su pieza, mirándola hipnotizados, supo que podría hacer con ellos lo que quisiera.

sábado, 13 de mayo de 2017

UNA CANITA AL AIRE


Un tío va a Mikonos  con la familia, y tal vez fuera por ese sol intenso en un cielo inmensamente azul, la arena blanca y tibia, el mar verdoso cargado de historias, o tal vez por el corto speedos que se atrevió a comprar y lucir en público, recibiendo miradas intensas de otros carajos recios y guapos, pero lo cierto es que se puso curioso y travieso de lo que prometían esas sonrisas invitadoras. Tal vez sentir una tocada o recibir una chupada; lo que nunca imaginó es que terminaría entregándose como ardiente y sumisa doncella a esos dos dioses mediterráneos. Y, bien, ¿por qué no? No era probable que volviera en un futuro cercano. Aunque ahora que le había encontrado el gusto…

SOLAZ REAL


Los sofocones de la reina. Fuera del hijo díscolo en sus enredos de casado, le toca aquel nieto rebelde, voluntarioso y travieso. Sus escándalos y conquistas siempre daban mucho de qué hablar. Alegaba este, riendo, que cuando se calentaba… Lástima que la joven elegida como futura esposa no quiso nada con él, dejándole así, todo duro y urgido a merced de descubrir nuevos placeres. Por suerte para él, está su hermano, quien le habla de una “solución”, enviarle un ujier que le alivie, con un buen masaje, toda esa tensión. Aunque sonaba raro, nada sospechó, lo decía su sentado y “tan amado por el pueblo” hermano, así que lo agradeció. No esperó esa mano que fuera a la raíz de su duro problema, que apretara y sobara así, y se sintiera tan bien sobre las ropas. Le sorprendió, alarmó e intentó apartarle cuando quiso tragarle, pero eso de que sabía lo que hacía, que a veces ayudaba a su hermano cuando la ocasión lo requería, le convenció. Y vaya boca para convencer, jadeó, sintiéndolo tan bien que ni una idea podía hilar cuando su prometida por la puerta se asomó, disculpándose e invitándole a salir a los jardines a pasear. Pero no podía, no en esos momentos, no cuando ese carajo tragaba y le miraba prometiéndole más suciedades. Y ninguna como ver cómo le desaparecía dentro del apretado y algo musculoso agujero, uno evidentemente experto y muy ejercitado… Uno donde seguro su hermanito mayor ya la había metido hasta el fondo, llenándole y haciéndole gritar y gemir como ahora él hacía. Casi gritó de lo caliente que esa idea se sintió.

jueves, 4 de mayo de 2017

REO DE GORDAS CACHIPORRAS


Si, estar tras las rejas, saber que los antecedentes le dejarán un tiempo encerrado provoca que el sujeto quiera divertirse a la vista de su recio aunque guapo custodio, que le gritó de todo cuando le detenía, empujándole y casi prometiéndole agresiones físicas. Pero él sabía mejor que eso, miró a través de su disfraz, piensa sonriendo mientras su puño sube y baja, notando la cara cogestionada de asombro y rabia del otro mientras le ve masturbarse. Sabe detectar a un pussyboy a una milla de distancia así se vista de policía machote, o sea uno reprimido, de los ocultos. Se soba y sonríe al verle salivar, jadear contenido a la vista de su pieza. Le llama, le invita a pasar un buen rato, inconsecuente entre hombres, sabiendo el muy pillo que le perderá, que en cuanto ese carajo lo toque, sobe, lama y saboree, cuando se monte sobre él, clavándose el totalmente erecto y caliente instrumento, descubrirá su verdad. La alegría y la total realización de sentir su coño virgen y hambriento haciendo aquello para lo que vino al mundo. 

Sobre él, adentro y afuera, arriba y abajo, ese sujeto gritón encontrará su lugar, experimentando la mayor satisfacción sexual de toda su existencia. La llegada de un tercero tan sólo cerrará el destino de aquel goloso becerro, ahora un compañero lo sabe marica también, y le usará como le dé la gana… a cada rato. Y sí quería gozar otra vez, como lo hacía en esos momentos entre gritos frenéticos, ese pussypoli ya no podría ir con nenas, como si fueran un par de cachaperas cualquieras, ni jugar a solas en su cuarto con su clítoris pulsante e hinchado; requeriría, necesariamente, de la “ayuda” de un buen macho.

martes, 2 de mayo de 2017

SUPERVISION


Al cuñado le gustaba comprobar que el muchacho no sólo llevaba la que más le gustaba, una de esas que sólo se atrevía a lucir cuando salía con él y el resto de sus amigos, todos ex guardias nacionales, sino que todavía aguantaba un poco más sin que tuvieran que llenarle a la carrera el siempre abierto y hambriento agujero.