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viernes, 2 de junio de 2017

SENGI Y ANTONIO, SENTADOS EN UN ARBOL…


Abordada en la barra de aquella tasca, riendo nerviosa y curiosa escuchó la proposición de los dos atractivos caballeros, quienes, educadamente, le propusieron una encamada caliente. Emocionada aceptó, ¡y las cosas que vio y experimentó! Por suerte lo hizo, y vaya que la pasó bien. Hubo algo en escucharle gemir mientras el compañero lo trabajaba que la puso a mil. Todo estuvo muy bien hasta que la cosa se supo, ahora… la torta con velas y todo.

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