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miércoles, 13 de diciembre de 2017

EL MAESTRO


“No llore, Jiménez, sabía a lo que se exponía enviándole mensajitos a su novia en lugar de prestar atención”, ruge el profesor Mendoza azotando a otro de esos alumnos que se distraían en el aula. Y era cierto, todos sabían a lo que se exponían si interrumpían su clase o dejaban de pararle bolas: ¡Nalgadas! Y si reprobaban la materia, fuera de muchas, muchas palmadas, sabían que tendrían que trabajar duro, bien duro, para recuperarla o repetirían… encontrándole, de nuevo, al año siguiente.

domingo, 10 de diciembre de 2017

JUEGOS Y ARREGLOS PREVIOS


Aprovechando los momentos a solas, el hombre desde tiempos inmemoriales, e independientemente de la edad, se ha aliviado un poco en cuanto tiene la menor oportunidad. O mucho, si puede. Nada más salir sus papás, nuestro amigo se la inventa para pasar un buen rato, metiéndola en el falso orificio de goma, soñando con aquel guapo chico del trabajo, usando la pantaletica que le robó del tendero a la vecinita, fantaseando con el novio de esta cuando, de noche en el porche, le mete mano. Son los arreglos, y pensamientos usuales, válido a la hora de una buena paja como Dios manda.

martes, 5 de diciembre de 2017

EN LA BOLSA


Comenzó como un juego, salir y exhibirse frente al tipo gay de la casa de al lado; excitarle, conseguir que le siguiera tras las ventanas. Sonreía al imaginarle emocionado. Así, de los bañadores largos pasó a los bikinis, luego a esas tangas, a acariciarse y tocarse, a doblar la cintura y bailar el trasero en su dirección, mirando sobre un hombro, sabiendo que, aunque oculto, le miraba con la boca seca y todo lo demás mojado. Le gustaba tanto hacer aquello que por segundos le tenía preocupado. Pero no, todo estaba bien, sólo se burlaba del tipo gay que no era tan macho como él; no había nada de malo cuando apartaba la tirita y con un dedo jugaba con su entrada, ni cuando clavando lentamente un dedo, gimiendo lo mecía, o que estuviera pensando, tan sólo para atormentarle, en comprarse un dildo de los que usaban los pesos pesados…

BAJO LA CADENA


Sube y baja viéndole estremecerse, oyéndole gemir y lloriquear, pedirle que no parara y que se la tragara toda, como si pudiera pensar por un segundo en dejar por fuera algo de tan rico manjar. El joven gerente sabe que está mal lo que hace, usar su cargo a la hora de contratar para conseguir dar chupadas, pero no podía resistirse, no ahora que oler bragueta y velar hombrías parecía ser su vida. Como les pasaría a esos pasantes que querían complacerle por el contrato de trabajo, lo dejaban esperando salir rápido de eso y olvidarlo. Inocentes, ignoran que cuando le hicieron aquello, él mismo pensó que podría, pero al tener la primera en su boca, pulsando y mojado, tragando lo que vomitó, confuso, extraviado, no comprendiendo lo que sentía debió probar otra vez. Y otra y otra. Ya no puede parar. Lo mismo les pasaría a ellos, a los pasantes. Para dejarlos acabar les exige que correspondan con sus bocas, y tan caliente como están lo hacen… jodiéndose ellos mismos mientras lo gozan.

viernes, 1 de diciembre de 2017

LLENANDO EL MOMENTO


Hay quienes cuando comienzan ya no pueden parar,  aunque les avergüence verse tan deseosos, tan urgidos. Tan putos y dispuestos. Tontos, nadie los juzga, no mientras hacen felices a los hombres, ¿verdad? Es lo que este carajo le dice a cada rato al tipo que antes era su mejor amigo, y que ahora era su coñito siempre necesitado de palos. Era feliz saciándolo… y dándole una que otra nalgada e insultada. Intuitivamente sabía que así debía tratarle para excitarle aún más, aunque el otro no lo entendiera mientras chillaba que daba ganas.