¿No
es horrible que en una salida de fiesta con los amigos terminen todos
regresando a tu casa cuando no tienes nada que ofrecerles, ni de comer o beber?
Por suerte se puede improvisar, y si estos son los suficientemente golosos, y
estemos claros, estos carajos lo son, lo sabes, tomarán lo que sea. Y de un
bocado. Siempre y cuando esté fresco, claro.
Las
películas viejas, o clásicas, tienen su encanto.
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