Entre
hombres rudos, castigados por el sol y los desengaños, con mujeres que se quejan
por la falta de plata y las duras condiciones de vida, se dan esos furtivos y necesarios
encuentros. Apartados, alejados, escondidos pasan el rato; única manera en la
que pueden hacerlo en una tierra donde los hombres todavía se tocan únicamente
para palear. Gruñendo bajo el sol que quemaba su cogote, excitado y sonriendo
socarrón lo ve llegar, y sin mediar palabras ya estaba tragando, urgido,
sorbiendo, chupando, hambriento de toda una semana sin darse uno de esos
encuentros. Sonreía en esos momentos, dándole duro, disfrutando del instante en
que, de rodillas, el otro macho era el apasionado sumiso de su duro y goteante encanto.
Pronto la tortilla se volvería y pagaría las atenciones que el Marshall le
brindaba… desde que le pilló comiéndole los duros encantos a cinco indocumentados
mexicanos que colaba por la frontera por unas pocas monedas. El negocio eran
las chupadas, una afición que no podía publicitar ni dejar que se supiera.
Aunque no era lo único que le podía dar felicidad, como descubrió de rodillas
mientras gemía y pedía que se la llevara hasta el fondo. Eso le encantaba aún
mucho más.
Vistas de página en total
jueves, 29 de septiembre de 2016
MACHOS EN LA FRONTERA
Etiquetas:
botas,
casado tira con gay,
machos velludos,
papis
lunes, 26 de septiembre de 2016
SIN MASCARAS... PERO CON GANAS
Noche
del sábado, hace calor, sin planes, sin lugar adonde ir. Llegas el vecino,
amistoso, sonriendo, su mujer de viaje. Y te sorprende metiéndote mano… Si,
entiendes con una sonrisa socarrona, otro carajo casado que sueña con ser
tocado, usado por manos grandes y rudas. Comportarse como una puta caliente. Otro
más cansado de mirar con disimulo a los hombres que se cruzan en su vida, al
que se le corta la respiración ante un tío sin camisa. Ya le habías pillado una
vez mirándote el entrepiernas cuando subían en el ascensor. Pero esa noche
calurosa, solitaria, con muchas horas para llenar, el vacio hizo acto de
presencia demandando ser llenado. Y teniéndole de rodillas le llenarás la boca,
haciéndole gemir y babear mientras riente le dirás “si te viera tu mujer”.
Montado sobre tu regazo, ambos descubrirían todo un mundo nuevo. Tú que hay más
gente y lugares dónde enterrar tu juguete; el otro que podía vivir montado
sobre uno de estos sin cansarse. No lo hicieron sin algo de miedo; a ti que te
gustara demasiado aquellas apretadas y haladas de sus entrañas y soñaras con
llenarles a todos tus amigos los agujeros; el otro con convertirse en un
vulnerable adorador de pollas… como le sucedería en efecto. Pero, ¿qué tiene de
malo?
Etiquetas:
algo en el culo,
amigos,
casado tira con gay,
ejecutivos calientes,
fantasías gay,
gemidos,
gritos,
pussyboy
jueves, 15 de septiembre de 2016
UN RICO HALLAZGO
Fingiéndose
amigo, el hombre recibe de brazos abiertos, aún con un besito que fingen
masculino, al hermano de su mejor amigo, del que todos dicen, incluido el
hermano, que es tremendo puto de caliente culo. Le han contado que antes de
subir con su familia, lo han visto en el estacionamiento repartiendo
alegremente lo suyo. No lo creía, aunque le divertía, y se le ponía duro
escuchando aquello. Ahora lo prueba, si era un homosexual latente, viéndoselo
se pierde. Y lo hizo. Al metérsele hasta los pelos, escuchándole gemir y gritar,
supo que aquello se repetiría; aunque en general prefería a las tías,
escuchándole, viéndole estremecerse, sabía que contaba con la gran suerte de
tener a una perra en celo cerca de su casa. Entrando y saliendo, oyéndole
gemir, pero abriendo y dejándole entrar en esas apretadas entrañas, sabe que su
tranca encontró un nuevo hogar y no lo quiere dejar.
Etiquetas:
a pelo,
algo en el culo,
dedos en el agujero,
gemidos,
gritos,
negros,
pussyboy
miércoles, 7 de septiembre de 2016
DE ATLETAS Y NERDS
Cuando
la casa Alfa Cachas Cum abrió sus puertas a los nerds estudiosos de la escuela
de Artes, quienes jamás practicaban deportes y vivían encerrados en los sótanos
de las casas de sus madres masturbándose, nadie en el campus lo entendió. No
podían creer que aquellos jóvenes y calientes deportistas les quisieran de
“hermanos”. Ignoraban que el entrenador les había recomendado que, después de
las prácticas y juegos, se desahogaran soltándolo todo, aún la última gota
espesa y caliente, hasta quedar secos. Que no podían contar con que las novias
o putillas del primer año estuvieran siempre dispuestas, por lo que sería bueno
que contaran con un buen rebaño de jóvenes y ardientes becerritos tragones que
quisieran servir de receptores de la esperma de guapos atletas. Un arreglo que
funcionaba perfectamente para las dos partes implicadas, cada noche y a veces
por las mañanas. Pedían un masajito y terminaban bien exprimidos. Y, de tarde
en tarde, cuando las lenguas eran especialmente hábiles, uno de esos chicos
populares sorprendía a su pana y a los nerds, permitiendo que usaran su cereza.
Etiquetas:
amigos,
atletas,
chicos,
fantasías gay,
fiesta loca,
gemidos
Suscribirse a:
Entradas (Atom)