Aprovechando
los momentos a solas, el hombre desde tiempos inmemoriales, e
independientemente de la edad, se ha aliviado un poco en cuanto tiene la menor oportunidad.
O mucho, si puede. Nada más salir sus papás, nuestro amigo se la inventa para
pasar un buen rato, metiéndola en el falso orificio de goma, soñando con aquel guapo
chico del trabajo, usando la pantaletica que le robó del tendero a la vecinita,
fantaseando con el novio de esta cuando, de noche en el porche, le mete mano.
Son los arreglos, y pensamientos usuales, válido a la hora de una buena paja
como Dios manda.
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