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viernes, 1 de diciembre de 2017

LLENANDO EL MOMENTO


Hay quienes cuando comienzan ya no pueden parar,  aunque les avergüence verse tan deseosos, tan urgidos. Tan putos y dispuestos. Tontos, nadie los juzga, no mientras hacen felices a los hombres, ¿verdad? Es lo que este carajo le dice a cada rato al tipo que antes era su mejor amigo, y que ahora era su coñito siempre necesitado de palos. Era feliz saciándolo… y dándole una que otra nalgada e insultada. Intuitivamente sabía que así debía tratarle para excitarle aún más, aunque el otro no lo entendiera mientras chillaba que daba ganas.

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