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miércoles, 21 de marzo de 2018

DESTAPANDOLE EL DESAGÜE




El mañoso profesor quiere hacer un bien y por eso tapona el desagüe, para llamar al joven conserje del edificio, ese adorable chico que debió casarse apurado por preñar a una amiguita, dejando los estudios y trabajando en lo que fuera para sostener a la familia. El hombre siente pena de su vida y va a liberarle de tanta presión a darle una válvula de escape… por el trasero. Una salida anal. La trampa montada funcionó, el chico luchó contra aquello al principio, como imaginó, pero no duró. Necesitaba eso, sentir, experimentar, follar, ser guiado, dejar de pensar que tenía sobre sí el peso de su vida. Eso lo consiguió sobándolo, haciéndole tocar, chupar y lamer, gruñéndole los: “Si, así, déjate llevar, muéstrame lo que tienes, no sientas vergüenza. Enséñamelo todo para que lo tome. Y lo tomaré y lo vas a gozar, está en tu naturaleza. Quieres complacerme con ese cuerpo bonito y masculino. Tus poses de preña chicas son sólo una fachada, lo que quieres es descansar sobre mi cuerpo en mi cama, que te diga hermoso, que juegue con mi dedo en tu agujerito rico. Entre mis brazos no tendrás que preocuparte ni por pensar. En nada. Sólo sentir, chillar y gozar como mi hembrita”. Fue sublime cuando, con la carita roja, el chico, sonriendo tímido gimió un: “Si, me gustaría”.

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