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miércoles, 16 de septiembre de 2015

LA GRUESA BROCHA DEL PINTOR


Llegado a estas tierras para conocer nuevas sensaciones, el joven gringo experimenta el pintar viejas paredes, pero no es todo lo que quiere. La brocha del pintor local le tiene trastornado, parece larga y gruesa. La mira y la mira y tan sólo quiere probarla, en su lengua y en la del otro (algo de español); y finalmente el macho entiende. Y le deja. Como debe ser, ayudar al necesitado, alimentar al hambriento, saciar al chico caliente que quiere vivir aventuras. Y el gringuito, como debe ser, rindiéndose a la pasión del latino, quien de ahora en adelante le indicará el camino hacia el placer. Después de probar esa no se acostumbrará a otras.

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