-Lo
sabía, negro, que en cuanto vieras que la mía es más grande te ibas a rajar
como galleta de soda y el culo se te iba a aguar. ¿Te gusta el sabor? Eso es,
gózala. –le dijo quien era hasta ese momento su mejor amigo, tratándole ahora
raro desde que le pilló, por el tamaño, viéndole de manera intensa.- Vamos,
puto, todos ustedes se mueren por una así. Súbete y gózala…
Si,
ya no era su amigo, su igual. Ahora era un puto tragón a quien quería preñar.