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martes, 29 de septiembre de 2015

UN PUSSY BOY


Le llamaban, “preséntate en tal sitio, sabes qué llevar”. Y aparecía, temblando, siendo casi asaltado por sus dos ex mejores amigos del alma, ahora sus hombres. Le habían pillado mirando a un chico en la calle y le sometieron, riendo, crueles, desconsiderados. Ya no era uno de ellos, ahora era un cabrón dispuesto siempre para sus juegos. Y algo cambió en él. Cada vez que le tomaron, le llenaron con sus masculinidades, le gritaron, lo insultaron, lo inundaron con sus abundantes jugos modificadores, su hambre, sus ganas, su necesidad de ellos despertaba más y más. Le avergonzaba ser tan sumiso, rogarles tanto, aceptar de manera tan erótica todo lo que le exigían. Cada día necesitando de nuevas formas de entrega, como lamer los dedos de sus pies, o aceptando nalgadas, salivazos o que le exhibieran. Podría decirse que ellos le llevaron a eso, pero temblando de excitación sabía que no era totalmente cierto. Nunca se sentía mejor que cuando le tomaban rudamente, le miraban con asco, lo llenaban de machos. Era completamente feliz como el puto de los dos. O, tal vez, ¿de todos?

viernes, 25 de septiembre de 2015

HOCKEY, HIELO MUY CALIENTE


Así son los vestuarios deportivos, en la imaginación de tantos. Después de la práctica un día antes de un gran encuentro, por indicaciones del entrenador, los tíos del equipo se reúnen en los vestuarios, botando vapor y sudor, y comienzan con sus juegos. Ya se conocen, ya está claro quién quiere meterla duro provocando gemidos y chillidos, y quien la desea hasta el fondo mientras jadea y pide por más. Y los usan, los otros se turnan y se las empujan; los llenan, los abren y los mojan. Luego salían más cohesionados para los encuentros deportivos… y sintiéndose ligeros al haber descargado tanto estrés.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

LA GRUESA BROCHA DEL PINTOR


Llegado a estas tierras para conocer nuevas sensaciones, el joven gringo experimenta el pintar viejas paredes, pero no es todo lo que quiere. La brocha del pintor local le tiene trastornado, parece larga y gruesa. La mira y la mira y tan sólo quiere probarla, en su lengua y en la del otro (algo de español); y finalmente el macho entiende. Y le deja. Como debe ser, ayudar al necesitado, alimentar al hambriento, saciar al chico caliente que quiere vivir aventuras. Y el gringuito, como debe ser, rindiéndose a la pasión del latino, quien de ahora en adelante le indicará el camino hacia el placer. Después de probar esa no se acostumbrará a otras.