Lo último
que esperaba este amigo era regresar donde ese hombre, pero algo, una
necesidad, unas piquiña interna que necesitaba ser rascada, le empujaba. Le
había conocido en aquel bar a donde fue a buscar nenas después de despedirse de
su prometida, a quien visitaban sus padres. Quiso acción y llegó ese tipo rudo,
viril, sentándose a su lado, mirándole de manera desconcertante, preguntándole
si estaba solo o si esperaba a algún novio. Azorado y algo molesto le dijo que
no era gay (el bar no lo era); este alzó una ceja, sonriendo con un "¡ah,
¿si?!”, y sin preguntar llamó al camarero ordenándole una copa, acercándosele y
diciéndole lo bonito que estaba y que era una pena que estuviera tan solito. No
sabe por qué se quedó, tal vez fue por lo insólito de la situación, que le hizo
reír mucho, y las copas que el otro le invitó. Venciendo su costumbre de alejar
el rostro, había tenido que reconocer con un escalofrío que era inquietante, y
cosquilleante, el dedo del otro acomodándole un riso tras la oreja de tanto en
tanto. Pensó que eso había durado demasiado, iba a despedirse cuando el otro le
besó, demandante, experto, metiéndole la lengua, atrapando la suya con los
dientes y rastrillándole, mareándole y haciéndole gemir. Debiendo salir, poco después,
rojo de cara, cuando el cantinero dijo que ese no era un lugar de esos. No sabe
cómo terminó en su auto, refregándosele, el otro metiéndole mano, poniéndole
caliente. O cómo acabó en su cama, donde tuvo miedo, pero esos labios en su
oído susurrándole “no pienses, bebé; sólo siente y libérate”, le hizo perder la
razón. Ahora iba y se abría al hombre que lo había seducido en una barra, como
hacía él con cuanta puta barata se encontraba. Y le gustaba.
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lunes, 31 de octubre de 2016
EN MANOS DE UN HOMBRE
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jueves, 20 de octubre de 2016
TARDES DE LUCHAS SOBRE LA COLCHONETA DE LA ESCUELA
El
entrenador, silencioso, se acercó a ver la práctica, eran dos jóvenes campeones
y uno tendría que liderar al colegio. Dejará que ellos decidan. Sonríe al
verles transpirar acalorados, disponiéndose a salir de los atuendos. Los chicos
no cambiaban, ni desde los tiempos cuando él mismo practicaba con sus amigos,
entre gemidos, sobadas y lamidas, y Nancy, su novia de antes, y ahora su esposa,
esperaba fuera. Oh, oh, se dice sonriendo y tensando las piernas al ver a Mike
derribando a Todd, levantándolo y enchufándole expertamente. Toma aire
pesadamente, llevándose una mano al entrepiernas, notando los jóvenes cuerpos
tensos, danzando, viendo y oyendo a Mike exigirle que dejara la pereza que le
impedía ser un campeón y que lo apretara como hacen las buenas perras. Y este
replicándole que era un maldito imbécil que no podía llenar ni siquiera un
salero, ya no digamos un culo, que cómo pretendía ser el líder de las
competencias. Parecían discutir, pero viéndoles ir uno contra el otro, escuchar
sus jadeos, entiende que esa dupla lleva rato bien acoplada… Bien, ¿por qué no
dos abanderados para las competencias? Ya les daría algunas indicaciones sobre
cómo, cada uno por su lado, afectar a los chicos de otros colegios. Imaginar
los nuevos trofeos en el aparador de la escuela, todos felicitándoles por
llevarles a la victoria, se sentía tan bien como cuando se abre la bragueta y duro
le echa mano al asunto.
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lunes, 17 de octubre de 2016
MERECIDA GRATIFICACION
Se
habían puesto de acuerdo, mientras reían, transpirados después de las prácticas
deportivas. El cerebrito los había ayudado mucho con sus notas, sin pedir nada
a cambio, teniéndoles paciencia de santo. Tal vez podrían hacer algo por él, ya
que se acercaba su cumpleaños, facilitándole algo con lo que seguramente soñaba
cada noche en la soledad de su estrecha cama en la casa paterna. No podían ir y
dárselo allá, no lo disfrutaría como lo esperan, no temiendo que su madre
regrese en cualquier momento de la empresa, ni en la casa de alguno de ellos. Aunque
les divertiría, se morarían si los padres de algunos de ellos lo vieran en eso.
Así que pelaran sus regalos allí, los duros obsequios que el tímido cerebrito merece
por aplicado; que saboree y exprima el jugo de cada uno de ellos, y si otros
chicos llegan, entran y los pillan, más ganaría todavía.
miércoles, 12 de octubre de 2016
UN CUERPO COMPACTO
Cuando
a cabo artillero Mackenna le ofrecieron plata si traía a sus compañeros de
armas en el Golfo Pérsico y filmaban un video porno, buscó a sus panas del
alma, aquellos con quienes bromeó, luchó, se asustó y venció. Chicos rubios y
guapos, cuellos rojos, bonitos cuerpos trabajados como marines. La cosa no les
convencía pero insistió, ¿plata por tirar?, ¿qué mejor que eso?, argumento…
Pero la vaina era gay. Y entre ellos, cosa que les privó entre risas y
protestas. Aunque era buena plata, tanta que probaron para ver, y vaya que
Mackenna probó, desde las llenadas a su tierno y hasta ese entonces virgen
agujero, cosa que le hizo gemir para sus adentros para que no le malinterpretaran,
a buenas chupadas que no se cansaba de dar y las rociadas sobre su lengua de
cálida y espesa crema. Jadeando, todos sonriendo nerviosos por lo vivido,
intentaban fingir que no pasaba nada, hasta que mirando al productor Mackenna
le preguntó: “¿dónde firmo para un contrato largo?”. Siendo recompensada su
osadía y sinceridad por los otros tres que, aullándole cosas, le tocaban y
acariciaban la cara con sus buenas varas mágicas. La dicha, pues.
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