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martes, 23 de junio de 2015

CONTROL NEGRO


Mirándola, no podía controlarse, la deseaba en sus manos, tocarla y apretarla. Algo en ella, y en ese tío, le obliga a gemir, a desear y entregarse. Que le toque y le azote con ella, que le llene la boca y todo lo que quiera, rudo; le encanta al punto de que casi solloza. Fue por un trabajo y ese tipo, después de mirarle, le llevó a ese cuarto y le dijo que podía oler a un putito caliente a millas de distancia. No entendió qué decía o qué quería hasta que… El otro sonríe, casi sabiendo de sus dudas, confusiones y también la emoción que experimentaba mientras le usaba. El chico no sabía que ciertos hombres estaban diseñados para funcionar únicamente en presencia de una buena herramienta.

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