A pocos
pasos para llegar a su apartamento con su esposa, fue asaltado y el sujeto lo
quería todo. Al principio se lo exigió pero ahora, en la tercera noche de atracos,
se lo entrega entre gritos y gemidos. Mas cuando le oye gruñir: “Mañana traigo
a unos amigos que no gustan de esperar turno, así que prepárate para dos o tres
metidas a un tiempo en tu culo”.
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