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miércoles, 12 de octubre de 2016

UN CUERPO COMPACTO


Cuando a cabo artillero Mackenna le ofrecieron plata si traía a sus compañeros de armas en el Golfo Pérsico y filmaban un video porno, buscó a sus panas del alma, aquellos con quienes bromeó, luchó, se asustó y venció. Chicos rubios y guapos, cuellos rojos, bonitos cuerpos trabajados como marines. La cosa no les convencía pero insistió, ¿plata por tirar?, ¿qué mejor que eso?, argumento… Pero la vaina era gay. Y entre ellos, cosa que les privó entre risas y protestas. Aunque era buena plata, tanta que probaron para ver, y vaya que Mackenna probó, desde las llenadas a su tierno y hasta ese entonces virgen agujero, cosa que le hizo gemir para sus adentros para que no le malinterpretaran, a buenas chupadas que no se cansaba de dar y las rociadas sobre su lengua de cálida y espesa crema. Jadeando, todos sonriendo nerviosos por lo vivido, intentaban fingir que no pasaba nada, hasta que mirando al productor Mackenna le preguntó: “¿dónde firmo para un contrato largo?”. Siendo recompensada su osadía y sinceridad por los otros tres que, aullándole cosas, le tocaban y acariciaban la cara con sus buenas varas mágicas. La dicha, pues.

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