Los tíos
de la cuadra, solteros, comprometidos, casados y separados ya lo conocen, no
puede resistirse a un reto deportivo. Lo necesita. Saben que acompañándolo y jugando
un poquito en la cancha, luego pueden montar otro en su sala. Claro que al
fornido atleta no le molesta, y miren que quema calorías mientras, entre
gemidos de putitos, se lo halan y aprietan. El único problema es… tantos chicos
calientes necesitados de jugar con su juguete y tan poco tiempo para atenderlos
como cada uno merece…
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