El
apuesto chico, tomado por sorpresa en su propia cama por ese corpulento, fuerte
y sensual sujeto desconocido, ya no se cuestiona nada, ni su conducta ni su
sexualidad, no mientras grita, se estremece y aprieta todos sus agujeros para
exprimir cada gota de jugo a la nueva experiencia. Tan perdido en ello está que
no nota que bajo la gorra y tras el pañuelo se encuentra su mejor amigo de toda
la vida.
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