¿Qué
como sus mejores amigos terminaron así, famélicos, desesperadamente hambriento
y agradecidos de cada gota? No está seguro, ni le importa. Ahora sabe que ha
comenzado para él el tiempo del ordeño; cuando los chicos como ellos salen a
buscar, una y otra vez, el grifo que ahora saben surte esa bebida caliente y
fresca. Y sonríe orgulloso, porque lo notó, desde horas antes, que sus panas
parecían alterados, molestos, ahora se veían satisfechos. Relajados. Está seguro
que si, antes de irse a la cama, probaran una nueva dosis dormirían como bebitos
contentos. Después de todo, durante siglos se han conocido los beneficios de la
leche caliente para calmar una mente turbada a la hora de ir a la cama. Por
suerte para ellos, tiene bastante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario