Por
el cumpleaños del gran patriarca de la familia, todos los hermanos han llegado
a la casa de los viejos; así, tres primos deben pesar la noche sobre una cama
no muy ancha. Piensen: las largas horas, la intimidad y complicidad del manto nocturno,
la sensualidad del ambiente que se filtra en los cuerpos jóvenes, saludables y
medio calentorros. En chicos que de por sí viven medio excitados. Cada uno con
sus particularidades a la hora de dormir. ¿Extraña que se desate un momento de
locura en un ardiente verano cualquiera? Digamos que el primero, adormilado,
tan sólo se movió y acurrucó, afectuoso sobre su querido primo… No se le puede culpar,
verdad? O de todo lo demás… Imaginen lo que harán para la reunión de Navidad.
Este
video lleva tiempo por ahí, pero como me gustó, aquí lo dejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario