Dirán lo que quieran
esos jugadores del Sport Club Gaúcho, pero de que había intencionalidad gay, lo
había. No por la masturbadas en sí, sino por el gesto de bajar la nuca y
recibir las chorreadas. ¿Tal vez sólo chicos juguetones después de una práctica
que se dejan llevar por la acción, todo muy sano e inocente? Tal vez, ¿no? Sin
embargo…
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