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sábado, 10 de febrero de 2018

EL PROBLEMA CON EL BRONCEADOR



Era absurdo, ridículo, pero cuando ese tipo le pidió ayuda con el aceite de bebé, con un nudo en la garganta, no se pudo negar. Quería tocar esa espaldota, y lo hizo, vigilando la entrada que llevaba a las piscina de la residencia, no fuera y apareciera su novia, disfrutando los ronroneos del tío, quien pronto le dejó claro qué tanto quería que le engrasara…

1 comentario:

  1. Ay, ya quisiera hacerle eso a un bebé como ese musculoso tan jamao.

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